Hola amigos, aquí os traigo el cuarto de mis análisis cofrades, y lo he querido dedicar a hablar un poco sobre el invierno, en la cuaresma, y en lo que viene después....
Pasada la Navidad, cuando las carrozas de Reyes ya se van y se guardan para el año que viene para repartir ilusión y regalos a los más pequeños, ya vislumbramos ahí fuera otra cuaresma y otra semana santa, habrá trasiego de reuniones, de cabildos, de costaleros, de ensayos de pasos y de bandas, de los primeros cultos de las hermandades, de los cultos del Gran Poder en Enero, y ya nos prepararemos para vivir otra vez la Cuaresma y la Semana Santa.
La Cuaresma es el tiempo en el que nos preparamos espiritual y liturgicamente para vivir la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, para la preparación de la Fiesta de la Pascua, y es el tiempo liturgico que marca la Iglesia Católica. Es un tiempo de cambio y de reflexión, y sobre todo en nuestro interior, para prepararnos para vivir la semana santa. Es una profunda renovación interior, para poder comprender el significado de éstas fechas.
Hay algunas iglesias, como por ejemplo la evangélica y la ortodoxa, que también la viven pero con duraciones o fechas distintas.
La duracion de la Cuaresma es de 40 días, alusivo a los 40 días que estuvo el Señor en el desierto, y se distingue con el signo de la ceniza.
El Miercoles de Ceniza, el anterior al primer domingo de Cuaresma, se suele imponer en todas las iglesias la señal de la cruz, se suelen realizar muchas misas en las iglesias, y a todo el que va se le impone la ceniza en señal de pureza y simbolismo de estas fechas que empiezan, el sacerdote impone en la frente de cada persona la ceniza y lo hace haciendo una cruz, y diciendo casi siempre esta frase: "Conviértete y cree en el evangelio".
Estos actos son para celebrar la entrada de la Cuaresma, y para analizar el significado de ésta es muy bueno asistir a alguno.
El invierno con el frío nos trae aromas de castañas, de navidad, pestiños, dulces, y recuerdos familiares de regalos e ilusiones, y la cuaresma nos traerá con olor a incienso, a velas, a cirios, esa devoción, esa sensación y esas emociones que cada año despierta la semana santa cuando ésta llega, porque hay muchas personas que la viven intensamente, que la viven todo el año, que trabajan por sus hermandades y sus cofradías y que tienen en sus cristos y sus vírgenes el mayor regalo que Dios nos podía hacer, el confiar en Él a través de su Hijo y a través de la Virgen María. Puede considerarse afortunado la persona que entienda así estas cosas, porque es un gozo y una satisfacción, y para muchas personas estas cosas son muy importantes en sus vidas diarias, y para reflexionar y ser mejor persona.
Hasta pronto, amigos.
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